Por: Luis González
luisgpope@gmail.com
La psicología evolucionaria (PE) puede ser definida como aquella disciplina científica que explica la universalidad de ciertos mecanismos psicológicos como adaptaciones, es decir como productos funcionales de la evolución darwininana. Es pues un enfoque que entiende la naturaleza humana como el conjunto de adaptaciones psicológicas que lo fueron a problemas recurrentes de nuestro pasado ancestral.
Pese a la universalidad de la religión, la teoría dominante es que la conducta religiosa no es en sí misma una adaptación, sino más bien un subproducto; el resultado accidental de una serie mecanismos psicológicos que individualmente tienen valor adaptativo para otras cosas. Por lo tanto, estos mismos mecanismos psicológicos que se supone originaron la religión no fueron “diseñados” para producir la religión. Cabe pues preguntarse cuál o cuáles mecanismos psicológicos, evolutivamente seleccionados, están en la raíz de la conducta religiosa. ¿A qué retos se pudo ver enfrentado el hombre ancestral que condujeron al desarrollo de ciertos mecanismos cerebro-mentales, y que a la vez facilitaron la emergencia de la religión?
Sin embargo, el hecho que no es posible conocer nada de los mecanismos psicológicos de los homínidos que poblaron el pleistoceno, y por lo tanto investigar en algún grado de detalle cómo es que evolucionaron las diversas adaptaciones cerebro-mentales, establece límites que la Psicología Evolucionaria debe evitar intentar franquear. Por ejemplo, la afirmación que nuestra mente “moderna” fue fundamentalmente moldeada en un pasado remoto (ej. en el pleistoceno/1.8 millones-10,000 años) seguramente subestima las innovaciones evolutivas más recientes; o afirmaciones tales como las difundidas por el Centro para la Psicología Evolutiva : “ El cerebro humano consiste de una gran colección de módulos computacionales funcionalmente especializados para resolver problemas adaptativos encontrados con regularidad por nuestros ancestros cazadores-recolectores” , son especulaciones que carecen de firmes bases neuroanatómicas y/o neurofisiológicas. La corteza cerebral, donde se supone residirían la variedad de “órganos mentales” fijados por la evolución, muestra gran similitud en sus unidades básicas – hipercolumnas y minicolumnas- y es difícil justificar tal grado de pre-diseño evolutivo.
La intuición de la Psicología Evolucionaria es acertada: las bases de la naturaleza humana fueron sentadas durante el pasado evolutivo. Después de todo, un órgano que evolucionó de tal forma que representando sólo el 2% del peso total consume alrededor del 18% de la energía total del cuerpo, debe de haber desarrollado funcionalidades adaptativas específicas en respuesta a presiones ambientales presentes en un largo pasado evolutivo. En mi opinión la PE es importante en el conjunto de las ciencias del hombre puesto que tiene precisamente la meta de conocer todo lo que es evolutivamente universal en la naturaleza humana. Sin embargo, para emerger de la fase pre-científica, en donde aún se encuentra inmersa, debe esperar a que ocurran progresos considerables, particularmente en las áreas de la neurociencia, genética y genética conductual. Avances que permitirán definir con mayor claridad la relaciones entre los fenomas conductuales y neurales, y el genoma humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario