06 enero, 2009

INTRODUCCIÓN A LOS APORTES DE LA NEUROCIENCIA

Por: Luis González
luisgpope@gmail.com

La neurociencia, que suele identificársele con el estudio de los determinantes biológicos del pensamiento, emotividad y conducta humanas, es en realidad el estudio del sistema nervioso como un todo: el cerebro y las redes neuronales que se encuentran distribuidas en el organismo entero.

Relevantes al estudio de la religión nos encontramos con tres campos de las neurociencias: la neurociencia conductual, la neurociencia cognitiva y la neurociencia social; que estudian respectivamente conducta, procesos mentales y mecanismos neurales que medían las interacciones sociales.

¿Qué es la neurociencia social? Puede ser considerada como el estudio de los fundamentos neurológicos de los procesos tradicionalmente examinados por la psicología social; desde los comportamientos básicos que compartimos con otras especies hasta las más complejas interacciones humanas. Sin embargo, la neurociencia social no se limita al estudio de lo eminentemente social, igualmente aborda aspectos que son interfase entre lo meramente cognitivo y lo propiamente cultural, tales como las variables que diferencian o agrupan las distintas formas de ser individuales (la personalidad). Uno de los principales problemas con que se enfrenta es que la psicología social y disciplinas asociadas formulan teorías, tales como los dilemas morales, la Teoría de la Mente o la empatía, que resultan difícil correlacionar con procesos neurales subyacentes. Es posible que estos modelos teóricos necesiten ser “de-construidos” en subfunciones para ser apropiadamente estudiados.

Los desarrollos de la imagenología, que incluyen la tomografía por emisión de positrones (PET), los potenciales relacionados a eventos (ERP), la magnetoencefalografía o el estudio funcional por resonancia magnética (fMRI), prometen profundizar en el conocimiento de la cognición social. De momento los resultados discriminan pobremente entre funciones, por ejemplo, la parte inferior de la corteza parietal a nivel de la unión con la parte posterior de la corteza temporal (Temporo-Parietal-Junction/TPJ) parece no sólo estar relacionada con la Teoría de la Mente sino igualmente con la capacidad para diferenciar las perspectivas del yo de las de otras personas (Saxe & Wexler 2005; Decety & Grèzes 2006)

El estudio de casos individuales, al igual que de las diversas condiciones psicológicas, neurológicas y psiquiátricas, son métodos adicionales que profundizan el estudio de la neurociencia social. De hecho, durante los últimos 30 años los diagnósticos que se incluyen en las clasificaciones de los desordenes mentales (DSM IV / ICD-10) incluyen entre sus criterios diagnósticos tanto elementos sociales, cognitivos, conductuales, además de los síntomas médicos tradicionales, agrupándolos en patologías que luego se busca ser correlacionadas con determinantes genéticos.

La antigua división entre lo biológico y lo social, similar a la puntillosa separación que propuso Gould para la religion y la ciencia – el non-overlapping magisteria NOMA- está siendo sintetizada desde diversas perspectivas. El cerebro es tanto el resultado de la interacción social/ambiente, como lo social la interacción de entes psicobiológicos. La neurociencia ofrece pues la posibilidad de integrar sistemas neurales específicos, las correlaciones de elementos genéticos, hasta los procesos cognitivos que subyacen a la cara social de la conducta religiosa.


Bibliografía:

• Saxe & Wexler (2005). Making sense of another mind: The role of the right temporo-parietal junction. Neuropsychologia, Volume 43, Issue 10, 2005, Pages 1391-1399
• Decety & Grèzes (2006). The power of simulation: Imagining one's own and other's behavior. Brain Research, Volume 1079, Issue 1, 24 March 2006, Pages 4-14

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ÍNDICE TEMÁTICO

FUNDAMENTOS
¿Qué pensamos? ¿Qué buscamos?

LO HUMANO
La unidad cerebro-sociedad-cultura

UN ROMPECABEZAS: ANALIZANDO LA RELIGIÓN Y EL ATEÍSMO
Diversas disciplinas confluyen para ello
Generalidades
Modelos explicativos clásicos
Neurociencia