30 diciembre, 2010

EL «MÓDULO» DE LA ESPIRITUALIDAD EN EL CEREBRO (2)

Por: Antonio Chávez
En un anterior artículo vimos que se había logrado aislar el rasgo ‘autotrascendencia’ (AT) mediante el efecto cognitivo que producía la remoción quirúrgica de tumores en regiones posteriores del cerebro, lo que «corrobora la especificidad de la relación anátomo-clínica entre la lesión de áreas posteriores del cerebro y el incremento de AT» (Urgesi et al. 2010 pp. 311-312). La región específica es el córtex parietal inferior. También previamente se analizó el rol de esta y otras regiones del lóbulo parietal, y del lóbulo temporal sobretodo un sus límites con aquél, respecto a prácticamente todo el asunto de las experiencias espirituales. En resumen, y siendo altamente consistente con las funciones de ambos lóbulos, estas experiencias se explican debido a la híper o hipoactividad de la consciencia visuoespacial y de reconocimiento del yo como independiente del espacio circundante.

Ahora, un nuevo estudio publicado en Brain Research en noviembre pasado, y reportado por Epiphenom hace un par de semanas (es de este artículo de donde extraigo más detalles del estudio), viene a corroborar la importancia del lóbulo temporal en la AT. Schuerbeek et al. (2010) encontraron correlaciones entre los perfiles temperamentales y de carácter (según el modelo de Cloninger, p.ej. Gardini et al. 2010) con regiones específicas del cerebro conocidas como sustratos de las conductas propuestas por Cloninger asociadas a los rasgos de su modelo. Schuerbeek et al. midieron el grosor de la materia gris (córtex) y blanca (el cableado que interconecta las regiones del córtex) para buscar esta correlación. Así, en este estudio hecho con mujeres jóvenes, «los rasgos del carácter correlacionaron con el grosor de la materia gris y blanca en las regiones frontal, temporal y límbica implicadas en las correspondientes tareas cognitivas: autorreflexión para [autodirección], mentalización y empatía con otros para [cooperativismo] y creencia religiosa para [AT].»

Y de acuerdo con Epiphenom, los autores «encontraron que las mujeres con un alto sentido de autotrascendencia tenían más sustancia gris en el lado derecho del cerebro en la región del giro temporal medio y el giro parietal inferior» (ver la imagen de abajo, hacia la izquierda). Adicionalmente, tenían «menos materia gris en el lado izquierdo del cerebro en la región del giro temporal inferior y del subgiro (en el lóbulo parietal). También tenían menos materia gris en el giro frontal superior.» Schuerbeek et al. concluyen que «este estudio muestra que las variaciones individuales en la morfología del cerebro pueden estar relacionadas con las dimensiones de temperamento y carácter, y presta apoyo a la hipótesis de una base neurobiológica de los rasgos de la personalidad».
    Otro estudio anterior (Johnstone & Glass 2008), examinó los cerebros de 26 personas con lesión traumática para verificar que la espiritualidad, de acuerdo a estudios previos (sin dudas deben referirse p.ej. a Newberg et al. 2002 p. 43) se asocia al aumento de actividad frontal (y temporal) y disminución de actividad parietal. Por un lado, obtuvieron resultados contrarios respecto al córtex frontal/temporal, pero lograron corroborar una hipofunción parietal correlativa al perfil de espiritualidad. «Los datos apoyan un modelo neuropsicológico que propone que las experiencias espirituales están relacionadas con la disminución de la actividad del lóbulo parietal derecho, que puede estar asociada con la disminución de la conciencia del yo (trascendencia) y aumento de la actividad del lóbulo temporal izquierdo, que puede estar asociada con la experiencia de determinados arquetipos religiosos (figuras y símbolos religiosos)

Todos estos resultados se suman a otros ya revisados como evidencia bastante sólida del importante papel del córtex parietal inferior y temporal en cuanto a lo que llamo el espacio externo como agente intencional ~ un núcleo fundamental de la cognición religiosa. Lo que no se conoce es el exacto mecanismo neurológico, considerando los múltiples ejes interhemisférico, hipo/hiperfunción y parietal/temporal, que evidentemente se intersectan para producir la AT. Aunque, de una u otra manera el córtex parietal es la base neural de la AT. Me refiero a que la híper y la hipofunción del lado derecho (con la correspondiente compensación funcional contralateral) conducirían igualmente a la experiencia y/o conducta autotrascendental, dentro de un espectro bajo influencia del género sexual, y que, observo, se hace notorio en la esquizofrenia. Por ejemplo, el mayor grosor del córtex parietal inferior derecho de las mujeres (sanas) más espirituales, mostrado por Schuerbeek et al., es consistente con el volumen de la misma región encontrado similar tanto en mujeres sanas como esquizofrénicas (mejor dicho, la diferencia no es significativa), y que es normalmente mayor que en hombres (Frederikse et al. 2000). Entre tanto, es ampliamente sabido que la mujer tiene más apego a la religiosidad (p.ej. McCullough & Larson 1999 p. 131; Mirola 1999).

Todo esto explicaría neurocognitivamente tal apego del género femenino; habiendo una compleja relación también con su tendencia a la depresión. Más aún, todo esto apoya el carácter modular y específico del córtex parietal inferior sobre la AT, porque los hombres esquizofrénicos tienen la misma región significativamente más grande no solo en comparación con hombres sanos, sino incluso respecto a las propias mujeres esquizofrénicas (Frederikse et al. 2000). Por supuesto, la esquizofrenia viene a cuento precisamente porque este desbalance volumétrico parietal inferior es el sustrato de la disfuncionalidad del sistema visuoespacial y agentivo (~ percibir el lenguaje interno como proveniente de un agente externo). Sugestivamente, con anterioridad he citado el caso del cerebro de Einstein, con su córtex parietal (inferior) anormalmente grande, como la explicación de su trascendentalismo. En pocas palabras: hay un continuum hiperagentividad → AT → esquizofrenia, en donde las personas sanas, desde ateos, personas irreligiosas con alguna espiritualidad particular hasta creyentes religiosos comprometidos, llenan los dos primeros eslabones cognitivos.


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6 comentarios:

  1. Saludos, me parece excelente su comentario, sobre Out Campaign, veo que en su pagina se desarrolla exactamente lo que Dowkins a traves del desarrollo de la ciencia, ha demostrado como el origen de la religion en el cerebro humano, y no en un ser sobrenatural, de ahi la liga hacia esa campaña, felicito su pagina porque la informacion aqui brindada refuerza mi pensamiento sobre la religión, pero algo que si debemos tener en cuenta, es que los paises mas religiosos tienen una menor salud mental, por lo tanto se que la reinterpretacion, un mejor entendimiento del fenomeno religioso promueva una mejor salud mental, no atarnos a un dogma, y permitir el pensamiento creativo!!!!. Gracias por su aporte Doctor

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  2. Se que la controversia esta en diferenest estudios cientificos donde la religion ha sido benefica, nosotros nos referimos mas a que con el conocimiento de la neurobiologia, el origen de Dios en el cerebro, se entienda el concepto, la idea de Dios, no el dogma de Dios, y es cierto a mucha gente la ayuda, la hace sentir bien, tiene un sentido de identidad, pero como diria Dennet, es una muletilla que no necesitamos, solo basta mirar a nuestro Universo el cosmos, y nuestro universo personal, los trillones de conecciones nerviosas sinapticas, para maravillarnos, pero esta es informacion que la gente desconoce, de ahi para nosotros la importancia del movimiento Out, el poder decir, oye yo no creo en esto, pero entiendo de donde viene, y puedo respetarlo, entenderlo, y estudiarlo!, Saludos y de nuevo gracias.

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  3. Hola Antonio/Violeta,

    Gracias por vuestros comentarios. Pese a que mi práctica inicia desde 1982 tengo que admitir que llegué muy tardíamente al enfoque de las Ciencias Cognitivas, como medio de comprender la mente.

    Pienso que Dawkins explota poco los argumentos provenientes de las Ciencias de la Conducta, posiblemente al ser biólogo. En cambio, explica relativamente bien conceptos provenientes de la cosmología (ej. los argumentos antrópicos). Sin embargo, pienso que en general falla por mucho cuando intenta aplicar la psicología y psiquiatría a su discurso (ateístico).

    Lo que hemos tratado de desarrollar Antonio y yo en estos espacios son teorizaciones de la Ciencia Cognitiva de la Religión (que es multidisciplinaria), la Neuroteología - tal como el tema que desarrolla aquí Antonio- y la Psicología Evolucionista de la Religión, que son modelos fundamentalmente de índole biológico.

    En efecto, aunque hay estudios donde la religión ha resultado ser benéfica no se ha investigado de igual forma la contraparte -cuando la religión tiene efectos adversos. Y sabemos que las creencias sobrenaturales pueden en ocasiones complicar la evolución clínica.

    Saludos
    Luis

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  4. Hola Antonio,

    Las teorías de Robert Cloninger sobre las dimensiones de la personalidad han sido muy influyentes en psiquiatría durante los últimos 30 años, aunque los correlatos neuroquímicos que propone originalmente lucen sobresimplificados. Sin embargo, es muy sugerente que las dimensiones que él identificó correspondan a variantes neurobiológicas. Hasta donde sé Cloninger no propuso asociaciones de la AT con neurotransmisores concretos. Así que este nuevo estudio volumétrico soporta en general sus especulaciones sobre la Biología de la Personalidad.

    Lo que hace suponer es que la asimetría, o el balance funcional de las regiones parieto-temporales, es un factor explicativo importante para la AT, y pone toque de cautela a las teorías excesivamente locacionistas de las funciones cerebrales. De igual forma se abren nuevas áreas de interes, por ejemplo reexaminar los efectos de la Estimulación Magnética Transcreaneal en correlación con grados de asimetria en estas regiones. Sería de esperar que se amplificaran los resultados que, por ejemplo, obtuvo Persinger. Incluso entender porque gente como Blackmore tuvo una experiencia inolvidable mientras que otros, como Dawkins, no generaron AT.

    Saludos

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  5. Bienvenidos Antonio y Violeta.

    Qué interesante especialidad la de Psiquiatría Humanista Evolucionista, como reza en su perfil. Ya que veo que están familiarizados con Dawkins, sabrán pues que éste invitó al psiquiatra Andy Thomson a dar una conferencia bastante didáctica, y verdaderamente basada en Ciencia Cognitiva de la Religión.

    Sin embargo, quisiera aclarar que el trabajo de investigación, divulgación y discusión (y propuestas teóricas) que desarrollamos aquí, no se alinea precisamente a la campaña Out. Personalmente no creo que todo este conocimiento que nos muestra Thomson esté engrosando las filas ateas; de hecho, hemos tenido experiencia tratando de divulgar estos temas en espacios ateos: fracasamos. Por otro lado, como entendidos en el tema, deberá saberse, estrictamente hablando, que la creencia en Dios no es un «delirio», tal como nos muestra Thomson (me parece pues que su conferencia es más bien un necesario fe de erratas del God Delusion de Dawkins). Si acaso, nuestro trabajo se ajusta a Thomson.

    También, ya con los datos acumulados, deberíamos tener bien claro que por mucho que nos esforcemos en maravillarnos por las estrellas y las neuronas, en absoluto basta para hacer que la gente deje de creer en Dios. No estará demás notar que el desarrollo científico no ha vuelto a la humanidad atea, y no será así. De hecho, maravillarse por las estrellas puede muy bien conducir a creencias mágicas, p.ej. ya conocemos la astrología o las ideas new age sobre una consciencia cósmica, todo esto sin necesidad de Dios.

    Saludos

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  6. Hola Luis.

    Creo que los estudios referidos en ambos artículos sobre la autotrascendencia aclaran más el panorama que nos habían esbozado Persinger o Ramachandran antes. Tenemos una mayor precisión neurocognitiva que explica mejor porqué precisamente la frontera del córtex parietal con el temporal sustentan la autotrascendencia (ya que son consistentes con los estudios realizados sobre agencia y distinción yo/entorno), gracias a un enfoque clínico-patológico, en lugar de solo sobrestimular o interrumpir la actividad en tales regiones. Así, necesariamente tenemos que recordar también los trabajos de Blanke y Arzy, sobre experiencia extracorporal, plenamente consistentes con todo lo demás. Definitivamente, la autotrascendencia es otra manifestación de la agencia.

    Ahora bien, sabemos que este rasgo tiene una gradación entre individuos. Ya Persinger tenía el perfil «espiritual» de Dawkins: bastante flaco; y de hecho explicó su experiencia nula debido a tal perfil. En tanto sabemos que el córtex parietal está fuertemente conectado al frontal (sobre todo en cuanto a la coherencia narrativa del procesamiento visuoespacial), no podría tratarse tampoco de un rasgo funcionando del todo independientemente de éste, y así es de esperarse que el aprendizaje cultural profundice su modulación. Blackemore tiene un curriculum «paranormal» que probablemente influyó en la potenciación de su experiencia.

    Saludos

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ÍNDICE TEMÁTICO

FUNDAMENTOS
¿Qué pensamos? ¿Qué buscamos?

LO HUMANO
La unidad cerebro-sociedad-cultura

UN ROMPECABEZAS: ANALIZANDO LA RELIGIÓN Y EL ATEÍSMO
Diversas disciplinas confluyen para ello
Generalidades
Modelos explicativos clásicos
Neurociencia