13 septiembre, 2009

¿SE ESTÁ PREDISPUESTO GENÉTICAMENTE A SER RELIGIOSO?

Por: Luis González
luisgpope@gmail.com

¿Es la religión un fenómeno enteramente cultural? Esa parece ser la idea prevalente, tanto entre científicos como entre personas ajenas a la ciencia. Y es intuitivamente natural que se piense de esa manera, es decir que el creer en Dios o abrazar tal o cuál tradición religiosa son decisiones totalmente libres y producto de profundas consideraciones. Reflexiones que son favorecidas por una "buena" educación y formación moral.

Sin embargo, este no es el único mecanismo cultural que se propone. Alternativamente al libre albedrío hay teorías que plantean que la religión sobrevive gracias a mecanismos de condicionamiento inconscientes, e incluso que se trata de ideas que tal como los genes se "replican" y propagan con gran éxito (la memética), pasando fácilmente de una generación a otra.

En cualquier caso las teorías culturalistas son las explicaciones favorecidas y choca la sugerencia que puedan existir factores biológicos que predispongan en mayor o menor grado a ser religioso. Las Ciencia Cognitiva de la Religión (CCR), enfoque multidisciplinario que se ha dado a la tarea de integrar los datos de la neurociencia, genética y biología evolutiva, es por lo tanto muy controvertida toda vez que propone desde varios ángulos una verdadera "Biología de la Religión", apareciendo a los ojos de muchos como sospechosa de querer infiltrar (tal como ha sucedido con el "Diseño Inteligente") ideologías disfrazadas como ciencia.

Para los no religiosos (ateos/agnósticos/seculares) la sugerencia puede en apariencia implicar que la humanidad está mayoritariamente "condenada" a depender de la religión. En cambio, para los creyentes la CCR puede ser vista como una forma sutil de intentar minar la fe en tanto que sugiere que la creencia en lo sobrenatural es un producto ilusorio de mecanismos cognitivos que fueron diseñados para otros propósitos. La realidad es que ninguno de quienes investigan la religión con el marco propuesto por la CCR han mostrado interés en convertir a nadie a la creencia o descreencia religiosa.

Las particularidades de la religion (ser Cristiano, Musulmán o Budista) son evidentemente productos de la cultura (del exocerebro). Sin embargo, la respuesta a la pregunta planteada en el título de este tema es definitivamente en el sentido afirmativo: existe una predisposición biológica a ser más o menos religioso. Y es que no hay nada en fisiología o psicología en lo que la genética no tenga nada que "decir". Eso es evidente hoy en día, y la religiosidad no tendría porqué ser la excepción.

Los aportes de la CCR, es decir los estudios sobre percepción de la agencia y la intencionalidad en distintas etapas del desarrollo psicológico, cómo el cerebro puede diferenciar por mecanismos pre-programados los movimientos biológicos de los movimientos mecánicos , la capacidad de teorizar sobre los contenidos de la mente de los demás (Teoría de la Mente o ToM) o la tendencia a encontrar diseño en el mundo exterior (la teleología innata), son posiblemente todos parte de la misma tendencia evolutiva (Darwiniana) hacia un Cerebro Social. Tal como comentan Bernard Crespi y Christopher Badcock en un interesante ensayo titulado "Psicosis y Autismo como Desordenes Diametralmente Opuestos del Cerebro social" :

Un avance clave en la comprensión de la evolución humana fue la idea que las presiones evolutivas que moldearon la cognición humana pudieron haber sido sociales en lugar de ecológicas (Emery 2000). Esta idea proviene de Chance y Mead (1953), Jolly (1966), Humphrey (1976; 1983), Alexander (1989), y Brothers (1990), quienes han sugerido que el hecho de vivir en grandes grupos complejos, con gran competencia de recursos y por la pareja tanto dentro del mismo grupo como con otros grupos externos, seleccionaron por un "cerebro social", funcionalmente diseñado por la evolución para solucionar problemas sociales.

Según estos autores el desarrollo del Cerebro Social esta mediado en parte por el mecanismo conocido como Impronta Genómico, definido como genes impresos, es decir, que tienen uno de los dos alelos silenciados y que funcionalmente son haploides. Se estima que aproximadamente un 1% de los genes están sujetos a este mecanismo.

Así, el llamado Cerebro Social tendría entre sus determinismos una serie de genes impresos, paternos o maternos. El cerebro "extremamente masculino" tendería al autismo (hipoactividad del sistema detector de agencia, cerebro sobredesarrollado), mientras que el cerebro "extremadamente femenino" tendería a la psicosis (hiperactividad del sistema detector de agencia, cerebro subdesarrollado). Se supone igualmente que en los individuos normales si los genes maternos son predominantemente silenciados se tendería a la conducta asocial, si en cambio son especialmente silenciados los genes paternos aumentaría la capacidad para las cogniciones y habilidades sociales (que implica una mayor cohesión social).

Dentro de los mismos artículos publicados en el journal de BEHAVIORAL AND BRAIN SCIENCES, se cita un breve ensayo de Satoshi Kanazawa titulado "¿Son los Esquizofrénicos más Religiosos?":

Las teorías evolutivas recientes (Atran 2002; Boyer 2001; Guthrie 1993; Kirkpatrick 2005; Miller & Kanazawa 2007, pp. 158–61) sugieren que la religión no es en sí una adaptación sino un subproducto de otras adaptaciones psicológicas, el mecanismo de detección de la agencia" o "sesgo animista". Podríamos estar evolutivamente diseñados para inferir intenciones detrás de los fenómenos naturales, puesto que la consecuencia de sobreinferir erróneamete la intencionalidad - mostrarse paranóico de fenómenos perfectamente naturales [ej. un ruido inesperado en el bosque]- es menos costoso en terminos evolutivos que la consecuencia de erróneamente subinferir intenciones - y ser muerto por los depredadores y enemigos cuando menos lo esperas (Haselton & Nettle 2006). Por lo tanto podríamos haber sido diseñados para ser paranoides porque potencialmente esto salva nuestras vidas, y podríamos ser religiosos porque somos paranoides y vemos la "mano de Dios" detrás de fenómenos perfectamente naturales.

Si este punto de vista es correcto, entonces la teoría de Crespi y Badcock sugiere que los esquizofrénicos, quienes son hipermentalísticos y más paranoides, pueden estar más predispuestos a ser religiosos y a ver la mano de Dios detrás de los fenómenos naturales, al igual que algunos (McNamara 2001; Miller & Kanazawa 2007, p. 206, n13) sugieren que los autistas serían menos religiosos debido a su hipomentalismo (ausencia de Teoría de la Mente).

La experiencia clínica con pacientes esquizofrénicos y psicóticos confirma completamente lo anterior. El psicótico está más preocupado por cuestiones religiosas, y aunque ciertamente existen unos cuantos psicóticos que no creen en Dios, en general se trata individuos que encuentran significados "ocultos" (sobrenaturales) en situaciones que para los demás son irrelevantes.

Un último dato de interés que cita Kanazawa, como evidencia de la influencia de los factores genéticos sobre la religiosidad, es que prácticamente en todo el mundo las mujeres tienden a ser más religiosas que los hombres:
Si la religión tiene que ver con mentalizar en exceso [ToM / hiperdetección de agencia] los fenómenos naturales, y el cerebro femenino tiende más hacia la mentalización, entonces las mujeres serían naturalmente más religiosas.

Aunque se conocen algunos pocos de estos genes "impresos" (silenciados) y su influencia sobre la patología cerebral (cromosoma 15-q11 y sindromes de Prader-Willi / Angelman), falta aún por identificar los genes concretos -maternos y paternos- que determinan el grado en que se desarrollen los supuestos módulos cerebrales pro-sociales (y por lo tanto pro-religiosos). Es interesante el dato que el sindrome de Prader-Willi (gen silenciado: 15-q11 paterno) sesga el desarrollo cerebral hacia la psicosis (hipermentalismo/cerebro femenino extremo) mientras que el sindrome de Angelman (gen silenciado: 15-q11 materno) predispone al autismo (hipomentalismo/cerebro masculino extremo). Si bien no existe el "gen de Dios", sí que parecen existir unos pocos genes que predisponen a la religiosidad y supernaturalismo.

5 comentarios:

  1. SERIA muy triste que no hubiera nada mas y tener conciencia de ello.xanareyes@hotmail.com

    ResponderEliminar
  2. Entiendo que se puede tener consciencia de algo... que no tiene existencia real. Por tanto creo que no se trate de que "no haya nada más", sino de lo que la consciencia supone que hay

    ResponderEliminar
  3. Hola Anónimo (xanareyes@hotmail.com).

    Para mi lo inquietante es que seguramente sí que hay algo, diferente a nosotros, posiblemente en abundancia, inteligente (o superinteligente), pero que no podemos imaginar como contactarlo.

    Si no me equivoco creo que lo que te entristece es más la posibilidad que no haya nada después de la muerte, más que no haya nada en algún lugar del cosmos (natural o sobrenatural), y que realmente dependamos por completo de nosotros mismos para estar bien.

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La Neurofisiología puede explicar mucho dentro de los complejísimos mecanismos del funcionamiento del Sistema Nervioso Central y Periférico. Llegar a entender completamente esta temática va mucho más allá de la simple explicación de un laboratorio (y escribo el 26 de julio /2023), han pasado casi 14 años de este artículo y no hemos podido llegar mucho más allá. Sin embargo llevar el asunto del pensamiento religioso a sólo un fenómeno social es una explicación simplista. Supongamos que yo no quiero creer en un Ser Supremo Diseñador Inteligente y tengo que contestarme muchas preguntas cuyas respuestas no son más científicas que las de un creyente concienzudo y convencido. Por ejemplo. ¿Cómo entender que un complejo organelo intracelular como la mitocondria pudo haberse creado u ordenado a sí mismo, sin que le hayan acompañado al mismo tiempo elementos como los ribosomas o el aparato de Golgi y se haya podido constituir la membrana celular? Todos tenían que venir al mismo tiempo en una célula nucleada sea ésta del sistema muscular, de la piel o del hígado. No podía formarse cada uno por separado pues para la supervivencia e integridad celular se requieren todos. ¿Cómo se organizó el ADN? ¿Cómo éste pudo interactuar dentro del núcleo con el ARN? ¿Unos primeros y otros después? ¿Cómo pudieron sobrevivir especies vegetales como el "red clover" sin los abejones ("bumble bees) por miles y millones de años cuando en Australia no pudieron sobrevivir más de dos años sin tener que importar estos insectos que han perpetuado su reproducción por más de los 100 últimos años? ¿Cómo se explica que si de la nada no surge nada, haya algo eterno llámese materia o llámese Dios? ¿Cómo se explica que de la materia sin vida surja la vida y queramos creer en la generación espontánea refutada por Lavoissier hace más de 200 años? ¿Cómo se explica que de la materia muerta y bruta surja la inteligenciay al grado de ser capaz de crear computadoras electrónicas, programas de inteligencia artificial, ir al cosmos y conocer hasta los secretos de los virus? ¿Por qué sostener una premisa de que una especie se transformó en otra, cuando los cambios genéticos nunca se han podido llevar más allá de los límites de su género? ¿Por qué no hay híbridos que procreen? ¿Por qué la sangre de otras especies inclusive el mono no puedan sustituir a las donaciones de sangre humana, ni la de humanos puede servir para salvar la vida de un mono; si es que hay un "ancestro común"? Mi ateísmo tiene que dar respuestas contundentes y satisfactorias a todas y cada una de estas preguntas. Y otra aún más contundente es ¿por qué la profecía bíblica, entendida a través del método histórico gramatical, comparada con la historia se cumple hasta en sus más mínimos detalles, si no hay Dios, ni hay revelación y si todo no es más que una secreción exagerada o distorsionada de serotonina en el cerebro de los profetas del Antiguo y del Nuevo Testamento? Cuando me enfrento a la lectura del libro de Job en sus capítulos finales, a Romanos capítulo 1 y a 1a Corintios cap. 1,2 y 3, a Daniel cap. 2, 7, 8, 9, 11 y12, además de las escenas de la cruz, tiemblo de emoción e inclino la cabeza, reconozco como humano que "sólo sé que no sé nada" y me inclino a pensar que tengo mucho que considerar para poder seguir siendo ateo.

      Eliminar

ÍNDICE TEMÁTICO

FUNDAMENTOS
¿Qué pensamos? ¿Qué buscamos?

LO HUMANO
La unidad cerebro-sociedad-cultura

UN ROMPECABEZAS: ANALIZANDO LA RELIGIÓN Y EL ATEÍSMO
Diversas disciplinas confluyen para ello
Generalidades
Modelos explicativos clásicos
Neurociencia