Por: Antonio Chávez
hnc.correo@gmail.com
Un nuevo estudio sobre las emociones en cerebros con daños focales en el lóbulo frontal arroja luz sobre las bases neurales de la Inteligencia Emocional. Krueger et al. (2009):
La inteligencia emocional (IE) se refiere a un conjunto de capacidades que son rasgos esenciales de la vida social humana. Aunque los sustratos neurales de la IE son virtualmente desconocidos, es bien sabido que la corteza prefrontal (CPF) desempeña un papel crucial en el comportamiento social-emocional humano. Estudiamos una muestra única de veteranos de combate del Vietnam Head Injury Study, que es un estudio prospectivo, de seguimiento a largo plazo de los veteranos con lesiones penetrantes en la cabeza. Administramos el Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test como una válida medida psicométrica estandarizada de comportamiento de la IE para examinar dos capacidades claves de la IE: (i) IE Estratégica como la capacidad para entender la información emocional y aplicarla para el manejo de uno mismo y de los demás y (ii) IE Experiencial como la capacidad para percibir la información emocional y aplicarla para la integración en el pensamiento. Los resultados revelaron que las capacidades claves que subyacen a la IE dependen de diferentes sustratos neurales en el CPF. En primer lugar, el daño en el CPF ventromedial disminuye la IE Estratégica, y por lo tanto, dificulta la comprensión y el manejo de la información emocional. En segundo lugar, el daño en el CPF dorsolateral disminuye la IE Experiencial, y por lo tanto, dificulta la percepción y la integración de la información emocional. En conclusión, la IE debería considerarse como complementaria a la inteligencia cognitiva y, cuando se consideran en conjunto, proporcionan una comprensión más completa de la inteligencia humana.
En la misma línea de investigación realizada p.ej. sobre el histórico accidente de Phineas Gage (que sirvió a Antonio Damasio para sentar una visión neurocientífica que integra razón y emoción -en concreto: la primera deriva de la segunda-, que ya apuntaba al área ventromedial frontal), estos nuevos datos sobre la emoción y el CPF, son de interés para la ciencia cognitiva de la religión. Como se ha visto previamente, el CPF juega un papel importante en el pensamiento mágico. Las diversas regiones dentro del lóbulo prefrontal funcionan como un sistema integrador cognitivo/emocional que genera una interpretación narrativa de los procesos de los córtex temporal y parietal, confiriendo así un significado socio–emocional al procesamiento visual y espaciotemporal. Neuroanatómicamente, el área dorsolateral (CPFDL) tiene mutuas conexiones exclusivas con los lóbulos temporal/parietal del cerebro y a su vez con todas las regiones prefrontales: orbital (CPFO), ventromedial (CPFVM) y medial (CPFM) (Estévez-González et al. 2000, p. 575 Tabla VIII; Krueger et al. 2009, p. 22488), por tanto la idea de conferencia prefrontal de significado socio-emocional a la percepción es bastante consistente con estos hallazgos de Krueger et al. sobre el CPFDL para «percibir información emocional e integrarla en el pensamiento».
La agencia, aspecto de identificación perceptual iniciado en las zonas temporal/parietal, adquiere una dimensión socio-emocional al finalizarse en el CPF: aquí se procesan las creencias sobre mundo que nos rodea. Precisamente, CPFDL y CPFVM juegan papeles fundamentales en la evaluación de conceptos y creencias religiosas, tal como se vió previamente, y de creencias en general (Harris et al. 2007). Más específicamente, el CPFVM está implicado en la afirmación de creencias, lo que, como notan Harris et al. debe asociarse a la expectativa de recompensa. Como se trató antes, el sistema dopaminérgico es un importante modulador funcional aquí, por lo que es evidente que está implicado en la convergencia cognición/emoción, seguramente de modo decisivo.
Las creencias sobrenaturales ciertamente encajan con el modelo IE Estratégica - CPFVM / IE Experiencial - CPFDL estudiado por Krueger et al. Los procesos perceptuales asociados a la agencia sobrenatural (intención, causalidad, que como se ha visto es eminentemente temporo/parieto-frontodorsal) convergen todos en el CPFDL donde, precisamente, se da la integración cognición/emoción; mientras que el CPFVM procesa el contenido emocional de las relaciones interpersonales. En tanto que las conductas repetitivas (que remiten a la conducta obsesiva o adictiva: Boyer & Lienard 2006; 2008) estructuran algo como el ritual religioso, parece que el aspecto específicamente conductual dentro de ello implica la expectativa de recompensa dopaminérgica (Alcorta & Sosis 2005) y por tanto al CPFVM (los autores enfocan el CPFO). De acuerdo con Alcorta & Sosis los aspectos religiosos socioculturales (p.ej. símbolos religiosos de alto contenido emocional, ritos de cambio social) modulan la expectativa de recompensa y así la conducta entre los individuos, siendo esto consistente con la IE Estratégica ventromedial.
En tanto que la identificación percepto-emocional se asocia al CPFDL (p.ej. atribución de agencia y atribución de contenido emocional) y lo socio-emocionalmente estratégico se asocia al CPFVM (p.ej. el valor emocional del ritual religioso como transacción social), esto puede corresponderse con un sistema también dual ritual/agencia estructurando la religión, siendo ambos aspectos, similarmente, más o menos independientes. Sería la propia interacción CPFDL-CPFVM, que se integra en el CPFDL mismo, lo que unifica la conducta ritual y la agencia sobrenatural.
Temas relacionados:
- El NEUROCIRCUITO DE LA RECOMPENSA: CONSECUENCIAS PARA LAS CIENCIAS COGNITIVAS DE LA RELIGIÓN
- CORRELATOS NEURALES DE LAS CREENCIAS RELIGIOSAS Y NO RELIGIOSAS
- NEUROCIENCIA DE LA RELIGIÓN (I): CORRELATOS NEURALES DE LA CREENCIA SOBRENATURAL
- NEUROCIENCIA DE LA RELIGIÓN (II): DOPAMINA, PENSAMIENTO MÁGICO Y RELIGIÓN
- NEUROCIENCIA DE LA RELIGIÓN (III): PALEONEUROLOGÍA, MATEMÁTICAS Y CREENCIA SOBRENATURAL
- NEUROCIENCIA DE LA RELIGIÓN (IV): EL PAPEL DE LA SEROTONINA
- NEUROCIENCIA DE LA RELIGIÓN (V): CUANDO LAS INTENCIONES DEL ENTORNO TIENEN ROSTRO
- NEUROCIENCIA DE LA RELIGIÓN (VI): EL PAPEL DEL LÓBULO TEMPORAL
- NEUROCIENCIA DE LA RELIGIÓN (VII): EL PAPEL DEL LÓBULO PARIETAL
Hola Antonio,
ResponderEliminarMe parecen un tanto inconsistentes las funciones que pretende Krueger asignar a la corteza prefrontal ventromedial y dorsolateral. La capacidad para experimentar o percibir las emociones (por ejemplo durante los dilemas morales) se suele relacionar más bien con la corteza ventromedial. Hay estudios que de hecho reportan una incremento de actividad de la corteza dorsolateral en psicópatas durante los dilemas morales (trastorno que suele asociarse con poca capacidad para percibir las emociones). En los psicópatas la corteza ventromedial suele ser subactiva. Esto se ha interpretado como que la corteza dorsofrontal tiene que ver más bien con el razonamiento abstracto o utilitario, y que que se sobreactiva por la falta de una "brújula" emocional adecuada (amígdala y corteza ventromedial) en el cerebro del psicópata .
Saludos
Luis
Hola Luis.
ResponderEliminarEfectivamente, los estudios que refieres con psicópatas muestran que el papel del CPFDL es predominantemente cognitivo y aún, que actuaría independientemente del CPFVM en cuanto a resolución de dilemas morales. Sin embargo, tal como los autores observan, esto no excluye las otras dos hipótesis sobre las funciones del CPFDL: control cognitivo sobre emociones emergentes, generación de emociones autorreferenciales. Hay pues abundante evidencia de involucramiento del CPFDL en procesos emocionales (p.ej. en la revisión de Davidson & Irwin 1999, se decía ya que probablemente el CPFVM se asocia directamente a la representación de estados emocionales positivo/negativo y que el CPFDL a la de estados intencionales hacia los cuales tales aspectos emocionales son dirigidos; Hooley et al. 2005; Herrington et al. 2005; Fales et al. 2009; Frodl et al. 2009).
Por otro lado, dada la hipo-actividad en el CPFVM de los psicópatas, estos, «aunque pueden conocer la diferencia entre correcto y erróneo (p.ej. el juicio moral), pueden carecer de la sensación de lo que es correcto o erróneo». Esto me parece consistente con que Krueger et al. asocien el daño del CPFVM con la falta de comprensión y manejo emocional .
Saludos