Esta tabla (tomado y traducido de Boyer 2003 p. 120; pinchar para ampliar) recoge las ideas comúnmente sostenidas sobre la religión, en el sentido de intentar expresar su origen, causas, funciones o definirla en general, comparándolas con los conceptos fundados en el estudio cognitivo de la religión. Los sesgos de aquellas ideas consisten básicamente en generalizaciones y extrapolaciones de los rasgos propios (o exclusivos) de una religión respecto a otras religiones. Específicamente, la mayoría de conceptos errados consisten en extrapolaciones de aspectos de las religiones abrahámicas hacia las demás religiones, o bien se emplean como generalización para todo el fenómeno religioso.
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Bibliografía:
• Boyer (2003). Religious thought and behaviour as by-products of brain function. TRENDS in Cognitive Sciences, Vol.7 No.3 March 2003
¿Son ciertos conceptos mejor transmitidos y recordados que otros? ¿Los conceptos religiosos tienen estas propiedades?
Teoría
La cognición intuitiva es un conocimiento fundamental respecto a ciertos aspectos del mundo, el pensamiento en gran parte inaccesible a la inspección consciente de sus principios conductores; emerge relativamente temprano; es altamente invariante dentro y a través de las socioculturas; y, a causa de su bajo impacto en los recursos cognitivos, es comúnmente usada en el razonamiento y la toma de decisiones diarios. Psicólogos del desarrollo y científicos cognitivos han identificado diversos dominios del conocimiento intuitivo (Spelke & Kinzler 2007) tales como aquellos que tratan con la representación de objetos (especialmente las propiedades de cohesión, continuidad, y contacto), agentes (direccionalidad a una meta, eficiencia, contingencia, reciprocidad, y seguimiento ocular), número (imprecisión, abstracción, habilidad de comparar y combinar por adición y sustracción), y la geometría del entorno (distancia, ángulo, y sentido de relación entre superficies del entorno). En adición, hay evidencia de entendimiento intuitivo de biología (Medin & Atran 1999; cf. Atran 1999).
El filósofo Robert McCauley (2000) útilmente distingue entre cognición natural de la madurez (es decir, el producto natural de la maduración humana – tempranamente desarrollada, altamente automática y fluida, y de baja variación intercultural) y cognición natural practicada (también automática y fluida, pero que requiere artefactos especiales e instrucción explícita, y es de alta variación intra- e intercultural). La cognición intuitiva es invariablemente del primer tipo.
A pesar de la naturaleza ubicua y la alta eficiencia del conocimiento intuitivo, muchos conceptos religiosos parecen diseminarse ampliamente y volverse culturalmente exitosos a pesar de sus aparentes violaciones del conocimiento intuitivo. Pascal Boyer (1994; 2001), siguiendo los principios de transmisión cultural de Dan Sperber (1995; 1996), ha desarrollado una óptima teoría cognitiva de la transmisión de los conceptos religiosos, también conocida como teoría de lo mínimamente contraintuitivo (Barrett 2000; Barrett 2004).
La idea de Boyer es que mientras los conceptos intuitivos se transmiten bien, aquellos que sutilmente se desvían de la intuición pueden ser transmitidos aún más exitosamente, mientras que aquellos que se desvían de la intuición en gran medida terminan sobre-exigiendo a los procesos cognitivos y por tanto resultan siendo menos transmisibles.
Maurice Bloch (2005) ha argumentado que si algunas supuestas representaciones contraintuitivas son repetidamente practicadas ellas se vuelven muy familiares e indistinguibles de las creencias intuitivas. La distinción de McCauley muestra porqué esto no es un problema; Bloch está refiriendo como ‘intuitividad’ los derivados de la naturalidad practicada, mientras los conceptos contraintuitivos no pueden derivar de la naturalidad de la madurez.
Barrett (2008) recientemente ha desarrollado un sistema formal de seis puntos para codificar y cuantificar la contraintuitividad de un concepto:
1. Identifica el nivel básico de la categoría (cf. Rosch et al. 1976);
2. Identifica la categoría ontológica intuitiva en la que el objeto cae;
3. Codifica las propiedades de transferencia de la categoría ontológica;
4. Codifica las violaciones de la categoría ontológica;
5. Codifica las violaciones dentro de las violaciones;
6. Incrementa el número de transferencias y violaciones.
Este modo de pensar sobre la contraintuitividad genera un número de predicciones no testeadas: las múltiples violaciones del mismo grupo de expectaciones ontológicas podrían ser menos contraintuitivas que las múltiples violaciones de diferentes dominios; las propiedades de transferencia individuales podrían disparar la asunción de que el entero grupo de propiedades asociadas con este dominio ontológico ha sido transferido; conceptos altamente contraintuitivos podrían ver algunas de sus propiedades contraintuitivas desconectadas en el pensamiento on-line; etc.
Evidencia
Boyer & Ramble (2001) usaron tareas de libre recuerdo en participantes franceses, gaboneses y nepaleses; en todos los tres grupos, las violaciones y transferencias mínimamente contraintuitivas de conceptos de persona y artefacto fueron mejor recordados que sus contrapartes intuitivas. Barrett & Nyhof (2001) obtuvieron resultados similares con estudiantes escolares estadounidenses. Casos de ‘violación de expectativa’ fueron mejor representados después de tres re–narraciones de la misma historia que otros casos bizarros o mundanos, aún cuando el estímulo fuera presentado oralmente y el recuerdo del mismo se diera tres meses después de su exposición. Pyysiäinen et al. (2003) además encontró que las representaciones contraintuitivas, y aquellas que en particular implican un agente consciente, en mayor medida fueron clasificadas como religiosas por un muestreo internacional de estudiantes. Lisdorf (2001) encontró que listas de eventos portentosos, conocidos como prodigios, de los siglos I a III a.C. en Roma son contraintuitivos para la mayoría (aunque muchos bizarros, también fueron reportados prodigios no–contraintuitivos), con 99% de serlo mínimamente.
Más recientemente, un grupo de estudios (Gonce et al. 2006; Tweney et al. 2006; Upal et al. 2007) apoyan el rol del contexto en el incremento del recuerdo de casos mínimamente contraintuitivos. Entretanto, los autores no caracterizan la contraintuitividad mínima en los mismos términos de Boyer y Barrett. Barrett (2008)1 nota que es poco claro si los pares de palabras tales como ‘comentario seco’ y ‘parábola durmiente’ (Norenzayan et al. 2006), los cuales refieren abstracciones más que objetos (de amplia interpretación para contener humanos, plantas, animales, seres vivientes, y artefactos) evocan verdaderas representaciones contraintuitivas. Aún cuando los objetos son usados como estímulos, el uso de dúos de palabras libres de contexto –tales como ‘puerta sedienta’- es riesgoso como puedan ser interpretadas metafóricamente (en este caso, como una ordinaria puerta que succiona pintura). A pesar de tales reservaciones, Norenzayan et al. (ibid.)2 encontraron que los pares de palabras intuitivas fueron mejor recordados que los contraintuitivos, pero también que la degradación del recuerdo fue más baja para los contraintuitivos que para los pares intuitivos.
Notas:
↑1. Aunque la crítica de Barrett es consistente («“Una montaña que oye plegarias” puede ser contraintuitivo, pero no es claramente contradictorio en el modo en que “el soltero está casado” lo es», comentario de Barrett en Atran & Norenzayan 2004 p. 732), A&N responden argumentando que los términos ‘contraintuitivo’, ‘contrafactual’ o ‘contradictorio’ no son estrictamente excluyentes, a la vez que son usados sin advertencia de distinción por Boyer (2003), el propio autor de la teoría de la contraintuitividad mínima (ibid. p. 754).
↑2. Junto con Atran en similar experimentación previa (con estudiantes estadounidenses y nativos mayas) obtuvieron los mismos resultados (ibid. 2004 p. 722-723). Sin embargo A&N observan que aunque los resultados antes referidos (Boyer & Ramble 2001; Barrett & Nyhof 2001; Pyysiäinen et al. 2003) son sugerentes, no queda claro porqué entonces los conceptos contraintuitivos ocupan en realidad un espacio mínimo en la estructura narrativa de las religiones, los cuentos populares y los mitos. «Incluso la lectura atenta de materiales culturales exitosos, como la Biblia, el Veda hindú, o el Popul Vuh maya, sugiere que los conceptos y las ocurrencias contraintuitivas son una minoría.» (Atran & Norenzayan 2004 p. 722) Ante esto A&N complementan la teoría de Boyer argumentando que las creencias religiosas se integran como grupos enteros de creencias donde se combinan ideas intuitivas y contraintuitivas.
En este sentido y de acuerdo a sus propios resultados A&N sostienen que «la desventaja en el recuerdo [de las ideas mínimamente contraintuitivas] puede ser compensada por la resistencia, así que en generaciones de transmisión, una idea que es menos recordada, pero también menos degradable, puede prevalecer sobre una idea que al principio es recordada bien, pero eventualmente muere debido a un alto grado de degradación.» (ibid. p. 723)
Es relevante observar que Barrett & Nyhof hicieron su experimento empleando narraciones envés de dúos o tríos de palabras. Por tanto, y continuando con A&N, «las creencias contraintuitivas en grado mínimo, mientras vengan en pequeñas proporciones, ayudan a las personas a recordar y presumiblemente transmitir declaraciones intuitivas. Una pequeña proporción de creencias mínimamente contraintuitivas da una ventaja mnemónica a una historia sobre las historias sin creencias contraintuitivas o con demasiadas creencias contraintuitivas […] Este aspecto dual de las creencias sobrenaturales y los grupos de creencias –de sentido común y contraintuitivas– las hace compelidamente intuitivas aún siendo fantásticas, eminentemente reconocibles a pesar de sorprendentes. Tales creencias capturan la atención, activan la intuición, y movilizan las inferencias en modos que facilitan enormemente su retención mnemónica, transmisión social, selección cultural, y supervivencia histórica.» (ibid. p. 723-724)
Bibliografía:
• Spelke, E.S. and K.D. Kinzler, Core knowledge. Developmental Science, 2007. 11: p. 89-96.
• Medin, D. and S. Atran, eds. Folkbiology. 1999, MIT Press: Cambridge, MA.
• McCauley, The naturalness of religion and the unnaturalness of science. forthcoming.
• Boyer, P., The naturalness of religious ideas: a cognitive theory of religion. 1994, Berkeley: University of California Press.
• Boyer, P., Religion explained: the evolutionary origins of religious thought. 2001, New York: Basic Books.
• Sperber, D., Explaining culture: a naturalistic approach. 1996, Oxford: Blackwell.
• Sperber, D., D. Premack, and A.J. Premack, Causal cognition: a multidisciplinary debate. 1995, Oxford: Oxford University Press.
• Barrett, J.L., Exploring the natural foundations of religion. Trends in Cognitive Sciences, 2000. 4: p. 29-34.
• Barrett, J.L., Why would anyone believe in God? 2004, Walnut Creek, CA: AltaMira Press.
• Bloch, M., Are religious beliefs counter-intuitive?, in Essays on cultural transmission. 2005, Berg: Oxford. p. 103-121.
• Barrett, J.L., Coding and quantifying counterintuitiveness: theoretical and methodological reflections. Forthcoming.
• Rosch, E., et al., Basic objects in natural categories. Cognitive Psychology, 1976. 8: p. 382-439.
• Boyer, P. and C. Ramble, Cognitive templates for religious concepts: cross-cultural evidence for recall of counter-intuitive representations. Cognitive Science, 2001. 25: p. 535-564.
• Barrett, J.L. and M.A. Nyhof, Spreading non-natural concepts: the role of intuitive conceptual structures in memory and transmission of cultural materials. Journal of Cognition and Culture, 2001. 1(1): p. 69-100.
• Pyssiäinen, I., M. Lindeman, and T. Honkela, Counterintuitiveness as the hallmark of religiosity. Religion, 2003. 33: p. 341-355.
• Lisdorf, A., The spread of non-natural concepts. Journal of Cognition and Culture, 2001. 4: p. 151-174.
• Gonce, L.O., et al., Role of context in recall of counterintuitive concepts. Journal of Cognition and Culture, 2006. 6(3-4): p. 521-547.
• Tweney, R.D., et al., The creative structuring of counterintuitive worlds. Journal of Cognition and Culture, 2006. 6(3-4): p. 483-498.
• Upal, M.A., et al., Contextualizing counterintuitiveness: how context affects comprehension and memorability of counterintuitive concepts. Cognitive Science, 2007. 31: p. 415-439.
• Norenzayan, A., et al., Memory and mystery: the cultural selection of minimally counterintuitive narratives. Cognitive Science, 2006. 30(531-553).