12 febrero, 2009

LAS TEORÍAS DE LA RELIGIÓN PRIMITIVA 2. TEORÍAS SOCIOLÓGICAS

El autor [E. Evans-Pritchard] comenta que las teorías de Malinowski bien pudieron extraerse de las ideas de William James: la religión es válida e incluso verdadera en el sentido pragmático de verdad, si sirve a la finalidad de dar consuelo y sensación de seguridad, ánimo, alivio y reafirmación; es decir, si proceden de ella consecuencias útiles para la vida.

La religión es válida por lo que aporta a la cohesión y la continuidad sociales y está, por lo general, acomodada a su forma de vivir.

Max Müller dice que el henoteísmo surge en los períodos que preceden a la formación de naciones en tribus independientes y es una forma de religión comunal, por contraposición con la imperial.

Fustel de Coulanges, en su obra “La Ciudad Antigua”, dice en el tema de La Ciudad Antigua consiste en que la sociedad clásica antigua estaba centrada en la familia, en el sentido más amplio del término (familia o linaje combinados), y que lo que mantuvo a este grupo de agnados juntos en cuanto corporación y lo que le dio permanecía fue el culto al antepasado, en el cual el cabeza de familia ejercía de sacerdote. Cuando las ciudades – estado evolucionaron, respondieron a los mismos patrones estructurales que habían sido configurados por la religión en estas condiciones sociales primitivas. Sociológicamente hablando, el dios era el propio clan, idealizado y divinizado.

Evans-Pritchard continúa haciendo historia y comenta que en el supuesto básico de todos los antropólogos victorianos, lo más primitivo era el pensamiento y los usos deben ser una antítesis de lo suyo propio, siendo lo suyo propio en este caso cierto tipo de espiritualidad individualista.

Los ritos, es cierto, estaban vinculados a los mitos, pero los mitos, para nosotros, no explican los ritos; antes bien, los ritos explican a los mitos.

Fundamentalmente, Fustel de Coulanges y Robertson Smith propusieron lo que podría llamarse una teoría estructural de la génesis de la religión, según la cual surge ésta de la naturaleza misma de la sociedad primitiva.

Para Durkheim, la religión es un hecho social, objetivo... El animismo, en sus formas más típicas y evolucionadas, no se encuentra en las sociedades primitivas sino en algunas relativamente avanzadas. En cambio, el totemismo, lo que se diviniza no es en absoluto, en su mayor parte, algo impresionante, sino precisamente humildes criaturas pequeñas, tales como patos, conejos, ranas y gusanos, cuyas cualidades intrínsecas difícilmente pueden haber dado origen a los sentimientos religiosos que inspiran.

Con todas estas teorías, un hombre no tiene más opción que aceptar aquello a que todos dan su aprobación, porque no tiene elección, como no la tiene la lengua que habla.

El lenguaje es tradicional, general y obligatorio. Es un fenómeno colectivo, autónomo y objetivo.

La región es un hecho social. Surge al margen de la naturaleza de la propia vida social, y en las sociedades más simples está unida a otros hechos sociales, el derecho, la economía, el arte, etc., que posteriormente se separan de ella y llevan sus propias existencias independientes.

Durkheim toma cuatro ideas cardinales:

• La religión primitiva es un culto de clan.
• El culto es totémico.
• El dios del clan es el propio clan divinizado.
• El totemismo es la forma de religión más elemental y primitiva.

Durkheim, pues, concuerda con aquellos que ven en el totemismo el origen de la religión. La religión es siempre asunto de grupo, colectivo; no hay religión sin Iglesia.

«Una religión es un sistema unificado de creencias y prácticas que se refieren a cosas sagradas, es decir, cosas puestas aparte y prohibidas – las creencias y prácticas que unen, en una única comunidad moral llamada iglesia, a todos los que se adhieren a ellas.»
La religión es, pues, un sistema de ideas por el que los individuos representan la sociedad a la que pertenecen y sus relaciones con ella.

El totemismo es una especie de dios impersonal inmanente en el mundo y difundido por una innumerable multitud de cosas, que corresponden al mana y a otras ideas similares existentes en los pueblos primitivos.

El tótem, «...que es la forma material bajo la cual la imaginación representa esta sustancia inmaterial...». Es a la vez el símbolo del dios, o principio vital, y el de la sociedad, porque dios y sociedad son lo mismo.

¿Alguna vez nos hemos parado a pensar de dónde procede la palabra Tótem? Tótem (del algonquino totem), significa animal, planta o fenómeno natural, objeto de culto y veneración por algunos pueblos primitivos.

El psicoanalista Sigmund Freud define este concepto en su obra “Tótem y tabú” (1913) como: “...animal comestible, ora inofensivo, ora peligroso y temido, y más raramente una planta o una fuerza natural (lluvia, agua) que se hallan en una relación particular con la totalidad del grupo...”

También comenta que(1) “El tótem, es en primer lugar, el antepasado del clan, y en segundo, su espíritu protector y su bienhechor, que envía oráculos a sus hijos y les conoce y protege aun en aquellos casos en los que resulta peligroso.”

Del tótem se deriva el nombre de una sib, grupo de parentesco basado en la descendencia común y tradicional, en el cual sus miembros comparten intereses comunes y manifiestan actitudes especiales. El tótem es el antepasado del clan, su espíritu protector y su bienhechor (protege a sus hijos). Aquellos que poseen un mismo tótem están obligados a respetar su vida, abstenerse de comer su carne (cuando son animales) o aprovecharse de él.

Los pueblos indígenas norteamericanos de la región Costa Noroccidental del Pacífico, como los tsimshian, salish, haida y nootka, fabricaron numerosos tótems de madera que servían como emblemas familiares y, en ocasiones, representaban diferentes jerarquías.

A esto se une la idea del alma, que no es más que el principio totémico, mana, encarnado en cada individuo, sociedad individualizada. Es la sociedad en cada uno de sus miembros, su orden social y cultural, lo que hace de un hombre una persona, un ser social en lugar de un simple animal.

El hombre es un animal racional y moral, pero su parte racional y moral es la que la sociedad ha sobreañadido a su parte orgánica. Está hecho de dos partes distintas, que se oponen entre sí, como lo sagrado se opone a lo profano.

Para que una sociedad llegue a hacerse consciente de sí misma y mantener sus sentimientos con el grado de intensidad necesario, debe reunirse y concentrarse periódicamente.

El significado de los Ritos es:

• en primer lugar, el unir a los miembros del clan y,
• en segundo, el de que la representación colectiva de los ritos, n esos momentos de concentración, renueva en ellos un sentimiento de solidaridad.

Los ritos generan una efervescencia en la que se pierde todo sentido de individualidad y la gente se siente a sí misma como una colectividad en las cosas sagradas y a través de ellas.

Para Freud, Dios es el padre, para Durkheim es la sociedad.

Durkheim supo advertir uno de los fundamentos de la religión: la eliminación de uno mismo, la negación de la individualidad, desprovista de sentido o incluso de existencia salvo en cuanto parte de algo superior al yo y distinto de él. Este autor decidió apoyar su tesis de la religión en la institución del totemismo y, casi exclusivamente, en el totemismo australiano. Afirmar que el totemismo australiano reviste la forma originaria el totemismo es una arbitrariedad, basada en el supuesto de que la forma más sencilla de religión corresponde necesariamente a los pueblos de cultura y organización social más sencilla.

La afirmación durkeheimiana de que la organización social de los australianos descansa sobre los clanes se halla contradicha por los datos etnográficos, lo cual basta para poner muy en entredicho toda la teoría.

De vez en cuando la pena es pensar en por qué Tylor, Marett, Durkheim y todos los demás no pasarían unas cuantas semanas viviendo con los pueblos de los que hablaban tan desembarazadamente.

Durkheim(2) vulnera sus propias reglas de metodología sociológica, pues básicamente constituye una explicación psicológica de hechos sociales. Es obvio que la emoción viene producida, como afirmaba el propio Durkheim, por los ritos y creencias que dan lugar a ella, de modo que mal pueden tenerse los ritos y creencias por fruto de la emoción. Los ritos dan lugar a la exaltación, que da lugar a las creencias, que dan lugar a que se practiquen los ritos.

Marcel Mauss(3), sobrino de Durkheim, puso en pie la teoría del don. Esto se puede constatar en su obra «Ensayo sobre el Don», en el cual recopila un gran número de datos etnográficos contenidos y presentados por Boas y Morgan, pero tratando de analizar los aspectos morales contenidos en la economía. Este aspecto, se sustenta en un sistema de dones y contradones.

Marcel Mauss incorpora un concepto interesante, en el cual, el control de la redistribución efectuado por los jefes responde a un componente de tipo moral y no a un interés economicista donde más bien se trataría de obtener un beneficio. Ahora lo importante gira en torno a una obligación moral, dicha obligación “obliga” a dar, recibir y devolver, y dentro de un sistema que el autor denomina “sistema total”.

Mauss, al igual que Durkheim, sostenía que cabe formular una ley basándose un único experimento llevado atentamente pero lo que formula no es una ley sino una hipótesis. Los dioses son representaciones de las comunidades, son sociedades pensadas ideal e imaginativamente; por ello, las renuncias efectuadas en los sacrificios alimentan las fuerzas sociales, las energías morales y mentales.

El sacrificio es un acto de abnegación mediante el cual el individuo manifiesta reconocer la sociedad; hace que las consciencias de las personas recuerden la presencia de las fuerzas colectivas que sus dioses.

El individuo saca provecho del mismo por cuanto en él se le otorga toda la fortaleza de la sociedad y por cuanto contribuye a restablecer los equilibrios previamente alterados.

La religión comprende dos elementos indisociables:

• el ritual, esto es, la costumbre, la acción colectiva, y
• el mito o la teología, representación del estado afectivo de la colectividad, de la consciencia colectiva.

En cuanto a la religión, las almas y los dioses de cualquier tipo son simples representaciones de una estructura donde se encuentra la naturaleza, el pensamiento, la mentalidad...

El alma es el alma colectiva del grupo; es la sociedad misma, que se halla tanto fuera como dentro de cada uno de sus miembros y por ello es inmortal, aunque estos miembros fallecen, la sociedad nunca muere.

El principal representante de la interpretación sociológica de la religión primitiva es A. R. Radcliffe – Brown(4). Este autor dice que el totemismo no es sino una forma particular de la ley general según la cual todo objeto o acontecimiento que afecta intensamente al bienestar material o espiritual de una sociedad tiende a volverse objeto de actitudes rituales. Afirma también que la religión constituye, en todas partes, expresión de un sentimiento de dependencia respecto de un poder espiritual o moral superior a nosotros.

¿Y los marxistas? Para ellos, la religión es una forma de «superestructura» social, es un «espejo» o «reflejo» de las relaciones sociales, las cuales a su vez se apoyan en la estructura económica básica de la sociedad. Las nociones de «espíritu», «alma», etc. Proceden de una época en que existían jefes de clan, patriarcas, «en otros términos». La religión principia la veneración de los antepasados, de los mayores del clan... y, además, propende siempre a adoptar la forma de la estructura político–económica de la sociedad, si bien dicho ajuste puede tardar algún tiempo en producirse.

Marx decía que no es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino su ser social el que determina su conciencia.


(1) Tótem y Tabú. Capítulo I. El horror al incesto.

(2) Durkheim, Émile (1858-1917), teórico social francés y uno de los pioneros del desarrollo de la sociología moderna. Durkheim nació en Epinal (Francia) en el seno de una familia judía. Se graduó en la Ècole Normale Supérieure de París en 1882 y a continuación trabajó como profesor de derecho y filosofía. En 1887 comenzó a enseñar sociología, primero en la Universidad de Burdeos y después en la de París.
Durkheim pensaba que los métodos científicos debían aplicarse al estudio de la sociedad, y creía que los grupos sociales presentaban características que iban más allá o eran diferentes a la suma de las características o conductas de los individuos. También estudió la base de la estabilidad social, es decir, los valores compartidos por una sociedad, como la moralidad y la religión. En su opinión, estos valores (que conformaban la conciencia colectiva) son los vínculos de cohesión que mantienen el orden social. La desaparición de estos valores conduce a una pérdida de estabilidad social o anomia (del griego anomia, 'sin ley') y a sentimientos de ansiedad e insatisfacción en los individuos. Explicó el fenómeno del suicidio como resultado de una falta de integración del individuo en la sociedad. Durkheim analizó esta correlación en su obra El suicidio: un estudio sociológico (1897). Para explicar sus teorías en sus escritos utilizó a menudo material antropológico, especialmente de sociedades aborígenes. Otros de sus libros son La división del trabajo social (1893), Las reglas del método sociológico (1895) y Las formas elementales de la vida religiosa (1912).

(3) Mauss, Marcel (1872-1950), antropólogo y sociólogo francés, nacido en Épinal. Estudió en la Universidad de Burdeos y en la École Pratique des Hautes Études de París, donde más tarde sería profesor de religiones primitivas en 1901. Fue cofundador del Instituto de Etnología en 1925, y seis años después se le eligió para ocupar el sillón de sociología en el Colegio de Francia.
Mauss fue una figura central en el círculo de L'Année Sociologique, revista fundada por su tío, Émile Durkheim, para propagar sus ideas y métodos sociológicos. A la muerte de su tío, asumió la dirección del grupo y la edición de la revista.
Colaboró muy de cerca con otros miembros del grupo y aplicó las teorías y los métodos abstractos de Durkheim al campo antropológico, relacionando las concepciones culturales de un pueblo con su estructura social, en los ensayos: Ensayo sobre la naturaleza y función del sacrificio (1899) y Sobre algunas formas primitivas de clasificación (1901).
Su obra más conocida, Ensayo sobre el don (1925), trata sobre las obligaciones que sustentan las formas de intercambio y el modo en que estos intercambios, que actúan como ‘hechos sociales totales’, ayudan a estructurar todos los aspectos clave de la sociedad en el proceso de fortalecimiento de los lazos sociales entre sus miembros.

(4) Radcliffe-Brown, Alfred Reginald (1881-1955), antropólogo social inglés, consideró que la vida de una sociedad debía ser observada como un sistema funcional.
Su primer libro, Los isleños de las Andamán, fue publicado en 1922 y recoge las investigaciones antropológicas, en forma de encuestas de larga duración, sobre las costumbres de los habitantes de las islas Andamán, región que visitó en el año 1906. Posteriormente estudió los sistemas de parentesco de las sociedades aborígenes de Australia, describiendo sus propias conclusiones, que comparó con las de otros investigadores en su famosa obra: La organización social de las tribus australianas (1931).
Radcliffe-Brown fue conferenciante y catedrático de antropología social en las universidades de Ciudad de El Cabo (1920-1925), donde fundó la Escuela de Costumbres y Lenguajes Africanos; también dio clases en las universidades de Sydney (1926-1931), Chicago (1930) y Yenching (China, 1931-1937), antes de convertirse en el primer catedrático de antropología social de la Universidad de Oxford desde 1937 hasta 1946. Después de dos años destinado en Brasil durante la guerra, continuará impartiendo cátedra después de jubilarse en las universidades de Alejandría (1947-1949), Manchester y Londres. Radcliffe-Brown presidió el Real Instituto de Antropología y la Asociación de Antropólogos Sociales de Gran Bretaña.
Su obra Estructura y función en las sociedades primitivas (1952) constituyó una exposición general de sus teorías estructurales-funcionalistas, y su Método de antropología social (1958) defendió que la elaboración de esta ciencia se basaba en una analogía entre los organismos biológicos y los sistemas sociales.

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